Por: Alberto Esmeral / Socio Fundador, COO y Abogado  de MUVA LEGAL

Durante años Colombia se ha visto ante el mundo como un país productor de muchas drogas pasando por cannabis, cocaína, entre otros, parte de ese reconocimiento se origina por una prohibición apresurada impuesta por Estados Unidos y reconocida a nivel mundial.

Por otro lado, Colombia un país pobre que vio en algunos individuos que la ilegalidad de estas drogas podría enriquecerlos generando de este modo esta premisa en el sector; después de muchos años en guerra y gracias a la desigualdad social, al abandono del Estado en muchos aspectos o simplemente por querer delinquir se presenta una oportunidad para que Colombia corrija ese mal realizado hace tantas décadas. Este paso que nos ubica en una posición de mejora en la senda de la salud, la educación, de la investigación, de la legalidad y, sobre todo, nos da la oportunidad de crecer económicamente.

Es importante detectar, teniendo en cuenta, los hechos actuales de pandemia y post pandemia, que el tema aquí señalado se declara como una salida para recuperarnos económicamente si le prestamos la atención e importancia que esta requiere, y con esto no estoy diciendo que se reemplazaran los hidrocarburos, pero tiene un potencial tan grande y tan beneficioso que Colombia podría crecer en su PIB o desplazar en un futuro precisamente esos ingresos por petróleo.

Pero, ¿cómo un ciudadano de a pie podría formar parte de esta oportunidad? ¿cómo sería parte del multimillonario negocio del cannabis de uso adulto? Pues, hay muchas formas, y acá quiero explicar varias de las modalidades que se prevén en el proyecto de ley que ya cursa su segundo debate ante el Congreso de la República, esa honorable corporación que como muchos ciudadanos aseguran “es un nido de ratas en el cual se ganan la plata sin esfuerzo”, parece que quisieran cambiarle el chip al pensamiento de muchos de esos colombianos que se expresan de ese modo y que han perdido la fe a nuestros honorables congresistas y con este impulso darle oxígeno a la economía colombiana, y desearán pensar en el desarrollo que Colombia podría tener.

Les confieso que no le di expectativa de vida a este proyecto de ley por ver quienes lo habían impulsado, ya que pensé, que no tendrían el apoyo en un principio, pero al ver que se pudieron hacer las alianzas necesarias y que de este modo pasó en primer debate, hoy les digo que tenemos una gran oportunidad y hay que aprovecharla al máximo. Luego de analizar este proyecto creo que se lleva una calificación muy buena en su intención, en su forma, y sobre todo, en su fondo.

A continuación, citaré el proyecto de ley del cual estoy haciendo mención y fue radicado por segunda vez en el Congreso de la República en el presente año: “Por medio del cual se establece un marco de regulación y control del cannabis de uso adulto, con el fin de proteger a la población colombiana de los riesgos de salud pública y de seguridad asociados al vínculo con el comercio ilegal de sustancias psicoactivas y se dictan otras disposiciones”, un proyecto interesante e incluyente que marca un hito mundial, debido a que cada vez se va educando a las personas, de tal modo, que se crea una noción distinta sobre el cannabis y otras drogas psicoactivas y que, a la larga, nos damos cuenta del error investigativo, científico y desde todo ámbito que se ha cometido con los estupefacientes al satanizarlos y prohibirlos por décadas en vez de controlarlos generando salud, recursos, empleo, impuestos, etc. Y gracias a esta prohibición, se creó el negocio más peligroso del mundo “el narcotráfico”.

Es pertinente aclarar, que los menores de edad bajo ningún motivo deben acceder a estos productos y que el Estado debe dictar las disposiciones para que los empresarios, pequeños agricultores y, además, todos los ciudadanos tengan la educación necesaria para que solo los adultos puedan consentir la utilización de estos productos.

Cabe resaltar que, una de las novedades es la creación de dispensarios de cannabis. Por medio de una licencia otorgada por el Estado, habrá establecimientos autorizados para sembrar, cultivar, cosechar, almacenar y transformar y comercializar cannabis para uso adulto”. Vemos un gran avance, debido a que, se podrán desarrollar los llamados coffee shop, en los cuales podrán encontrar todas las variedades de cannabis, en distintas presentaciones eso, si, sin que parezcan dulces o juguetes por disposición de este mismo proyecto, puesto que no debe llamar la atención de los niños.

En consecuencia, se discute la calidad del producto y surge un interrogante ¿cómo garantizarán esa calidad? Pues, necesariamente, tendrán buenas prácticas de agricultura, y por consiguiente, se asumirán buenas prácticas de elaboración y manufactura sin eso se atrasaría el proceso, así como ocurrió con el cannabis medicinal que lleva 4 años y todavía no ha despegado ese mercado o va a haber un proceso de transición sobre la marcha para mejorar los estándares mientras las compañías van adquiriendo experiencia hasta que puedan cumplir con las políticas de salud pública prestablecidas, en ese momento, se podría comenzar; sería muy bueno que fuera la segunda mientras se da un plazo de transición para adquirir las otras certificaciones. ¿Cómo hacemos para controlar el precio de estos productos y que todas las personas tengan la capacidad económica para poder comprarlos? De esto, se encarga el parágrafo, del cual, se infiere que las empresas del Estado tendrán que colocar precios bajos, para así desincentivar la compra ilegal de marihuana en lo que es llamado el narco menudeo.

Otro escenario propicio se da en la actividad del autocultivo la novedad recae en el siguiente parágrafo: “Parágrafo 1. Las personas que por motivos de salud requieran sembrar y cultivar más de veinte plantas de Cannabis, podrán solicitar un permiso al Ministerio de Salud”.

Aunado a lo anterior, se interpreta que aquellas personas que tengan sus 20 plantas para autocultivo, pero que, no les alcanza, únicamente, por motivos de salud podrán pedir un permiso que se desarrollará en el decreto reglamentario correspondiente a esta ley o en la resolución que expida el ministerio correspondiente; Además, para este consumidor habitual y que tiene autocultivo habrá una mejor guía y educación para realizar esta actividad de mejor forma, teniendo en cuenta las 20 plantas con las que puede autocultivar y que son para consumo propio, pero que no puede comercializar bajo ninguna circunstancia.

En otra perspectiva, para reunirse no solo a consumir sino; además, a aprender técnicas nuevas de plantación para utilizarlos, luego, en autocultivo o para encajar todos en ese mismo espacio tendrán los clubes o asociaciones, Por medio de una autorización del Estado, se consentirá la asociación de personas mayores de edad, que voluntariamente deseen unirse para consumir, plantar y almacenar auto cultivos de cannabis medicinal y de uso adulto, en la cantidad que reglamente la ley.” Con esto queda claro que estos clubes serán un espacio de esparcimiento perfecto para esos consumidores, aunque con ciertas reglas, a consecuencia de que será a través de una autorización y en las cantidades que con anterioridad se indique, que igualmente no tendrán ánimo de lucro, porque está previsto que se interponga un límite en la 

cantidad de asociados, al igual estos no podrán proveer cannabis a una persona que no tenga membresía y como todo lo del cannabis, no se podrá hacer promociones o publicidad de ningún tipo, lo cual, parece viable hasta cierto punto y no hablo solamente de todas las modalidades de negocio que abre este proyecto de ley y sí en general con el cannabis, el alcohol y el cigarrillo considerando que de los tres el menos perjudicial es el cannabis por efectos, muertes, por todo y es el que menos se puede publicitar, por lo tanto, deberían existir normas, en la cual todos tengan las mismas condiciones.

Esta ley vendría también con un desarrollo tecnológico, en razón de que se podrían habilitar tiendas en línea, pero por ser un negocio de alto riesgo, también se tendrá que solicitar autorizaciones al Estado con la principal condición en la que se asegure la restricción en la venta a los menores de edad; esto abre una puerta importante y también otro interrogante, si yo tuviese una tienda en línea de productos cosméticos de cannabis, ¿podría estar también en la comercialización de cannabis y “sus derivados”? una vez que ya se estaban vendiendo los derivados como productos finales en ese store web; en principio habría que ver si con el decreto reglamentario o con las respectivas resoluciones hay alguna restricción, pensaría que no, de hecho creo que sería bueno, porque ese pequeño empresario ya estaría construyendo su reconocimiento para el momento cuando lleguen esas grandes empresas pueda estar preparado para la competencia en ese mercado.

En este último aparte, le damos facultades a los gobiernos locales para que de acuerdo a sus tradiciones puedan desarrollar nuevos métodos de acceso al cannabis y con esto surge un interrogante sorprendente, ¿habrá algún funcionario diferente a los antioqueños pensando en este modelo de negocio? La respuesta se torna compleja, porque normalmente el gobernante de turno está tratando de sacar adelante los problemas con los que ya vienen y no quiere innovar en su mandato simplemente diremos: “ojalá”.

En otro aparte de esta ley, se crea el ICORECA una entidad adscrita al Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, pero con independencia presupuestal que, además, se financiará por la recaudación de los impuestos que genere este mercado.

Se puede inferir que, el Ministerio de Salud tendrá el poderío y la facultad de jugar y poner las reglas del juego, pero observando la perspectiva actual, en la cual los ministerios no tienen presupuesto para atender la demanda de licenciatarios y demoran unas licencias aproximadamente durante un año siendo optimistas; ante esto, sería gratificante esta forma de organización para la celeridad oportuna en el proceso de desarrollo de la industria de uso adulto y de la industria medicinal, por tanto, esta última en el horizonte de muchos se ha estancado y otros países latinoamericanos comienzan a avanzar aceleradamente este proceso.

Asociado a la anterior premisa nos preguntamos, ¿con la creación de esta institución se les quitarían algunas facultades a los Ministerios de Justicia y de Salud o seguirán dominando el escenario medicinal y pare de contar? Hay muchas otras reglas de juego que debería mencionar, tales como que, los productores están en la obligación de difundir, claramente, los riegos y efectos del consumo del cannabis, incluir en los empaques los peligros en el consumo de este producto, pero ¿quién determina los riesgos? y ¿con qué bases los va a determinar? ¿cuáles son esos riesgos? Para comercializar el cannabis hay que ceñirse a los estándares de calidad que determine el Ministerio de Salud; no situar la venta de cannabis con la venta de tabaco, alcohol o productos farmacéuticos, es decir, se puede comercializar en un stand especial y apartado en un supermercado como pasa con la venta permanente de licor y cigarrillo y/o necesariamente requeriría un local diferente, lo cual, es lo que se puede interpretar desde el espíritu de este proyecto.

Por otra parte, es necesario que estos productos que recién ingresan al mercado se puedan establecer una trazabilidad, debido a que se debe determinar y comprobar que no existan ingresos ilegales de materia prima y, sobre todo, para revisar la calidad de esta y, en consecuencia, tenga los estándares adecuados y requeridos para su consumo, de este modo se supervisa desde la semilla hasta el producto final.

Ante esto, el Estado plantea que para esos consumidores problemáticos exista una asistencia profesional para tratarlos y ayudarlos. Dentro del impacto que esto puede generar socialmente la pregunta es ¿cómo lo harán? ¿será a través de EPS? lo más lógico que se puede aventurar es el trabajo sincronizado que el Estado pueda emplear con estas empresas prestadoras de salud para minimizar el daño colateral.

Hay algo que sorprende, pero, considero muy bueno y es el modo como se está cubriendo de tentaciones a los niños, en primera instancia se solicita que las personas que fabriquen productos lo hagan con EMPAQUES RESELLABLES Y A PRUEBA DE NIÑOS, y además, se prohíba la fabricación y comercialización de productos en forma de dulces, juguetes que llamen la atención de estos, lo cual, va a ayudar mucho a desincentivar la imaginación o el estímulo de ellos, sin decir que no se vayan a fabricar, porque en esa parte no dice nada y lo lógico sería que siguiera así, ya que hay un mercado muy prometedor en los comestibles a base de cannabis.

El artículo 32 del proyecto de ley es muy interesante y, creo que, es viable toda vez que mirando los resultados del cannabis ya sean positivos o no tanto, este último escenario no creo que pase, dispone de un tiempo de 5 años  para que el ICORECA evalúe la regulación de la cocaína, con base en lo ya comentado, anteriormente, mi opinión considera que esto mataría el narcotráfico en su totalidad y todo ese presupuesto que se gasta, normalmente, para combatirlos entraría a la educación en su gran mayoría, lo cual iría directamente proporcional al crecimiento cultural, social y económico del país.

Para terminar, quisiera referirme al tratamiento de las semillas, en el cual el Ministerio de Agricultura es protagonista y que en el proyecto de ley sustenta que entrará a regular; pues acá me gustaría reiterar el aporte realizado a otro proyecto de ley y este es que haya un periodo, cada 3 años, en el cual, se puedan inscribir nuevas fuentes semilleras lo que motivaría a la investigación en nuevas genéticas y por ende, se lograría que nos reconocieran como un  referente mundial en desarrollo biogenético.

Para concluir, tenemos en las manos un gran proyecto de ley incluyente que agrupa a todos los sectores y que no se olvida de nada ni de nadie y que tendrá un gran futuro cuando sea aprobado y están dadas las cosas para que así sea; considero que el tiempo de reacción para la regulación en la materia en muchos casos es demasiado amplio otorgando dos años, incluso en dos años cuanta ventaja nos tomará México, Ecuador, Paraguay, Canadá, Panamá y otros países americanos que siguen avanzando mientras nosotros discutimos,  todavía, el por qué en la parte medicinal no ha despegado el mercado siendo esta una oportunidad para arrebatarle parte del negocio al narcotráfico y así, no seguir llenándoles las arcas a estos comerciantes de alto riesgo y sobre todo para que el Estado deje de invertir tanto en guerra y por el contrario, utilizar ese dinero en educación, en ciencia y en tecnología.

En vista de que, algunos estudios han demostrado que hace mucho más daño el alcohol y el tabaco que el cannabis, es necesario indicar que, para que una persona sufra una sobredosis de cannabis tendría que consumir 820 kilogramos en una hora (imposible), mientras que una persona que consume alcohol en grandes cantidades puede generar un daño irreparable en su cuerpo y el tabaco corre con el mismo resultado, estadísticamente las dos mencionadas ocasionan más muertes al año que cualquier guerra mundial o pandemia que se presente (covid-19).

Habrá oportunidad para que la economía se pueda equilibrar y ayudar con base en la siembra, comercialización y transformación del cannabis; aceptando que esta tiene una cadena productiva enorme desde plásticos, hierro, concreto, textiles, alimentos, vapeadores, coffee shop, clubes, tiendas online, fibra de vidrio, baterías, cosméticos, Fito terapéuticos, farmacéuticos, suplementos alimenticios y dietarios, bebidas, y las que están por descubrirse si se permitiera investigar y avanzar en una política bien orientada para el cannabis de uso adulto.

Por: Alberto Esmeral / Socio Fundador, COO y Abogado  de MUVA LEGAL

aesmeral@muvalegal.com

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